viernes, 27 de mayo de 2016

La geomorfología litoral



 Introducción
     El presente trabajo les permitirá conocer cuál ha sido la evolución geomorfológica de los paisajes naturales como lo son los acantilados, plataformas de abrasión, cuevas, arcos y farallones o agujas. Así, como la influencia del enclave y el área extensa que  proviene de su ubicación en una frontera activa, tanto en el espacio como en el tiempo, una zona de transición entre diferentes modelos de procesos formadores de relieve.

La geomorfología litoral

     La zona costera o litoral, es la zona que se extiende entre el nivel de marea más bajo y la mayor elevación de la tierra afectada por las olas resultantes de un temporal o tormenta (definición desde la Geomorfología). La costa se extiende tierra adentro desde el litoral hasta donde haya formas de relieve submarino relacionadas con el océano. Es decir, la costa incluye tanto la zona de tierra emergida como la zona de aguas poco profundas en las que las olas realizan su actividad, así como las playas y acantilados costeros modelados por las olas, y las dunas costeras. La línea de costa es la línea de contacto entre el agua y la tierra emergida, cuya posición varía en el tiempo geológico, con las transgresiones y regresiones marinas (periodos glaciares e interglaciares).

 
“Según Bird (2000), la Geomorfología Litoral se preocupa de la evolución de los modelados litorales (acantilados, franjas litorales rocosas, playas, dunas, estuarios, lagoons y deltas), de los procesos que inciden sobre los mismos y de los cambios que tienen lugar. El litoral presenta continuos cambios, algunos catastróficos, y otros imperceptibles. Estas modificaciones se pueden producir en décadas o siglos, pero también en cuestión de horas o minutos.” GUTIÉRREZ ELORZA, M (2008). “Geomorfología”. Pearson Educación S.A., Madrid. p. 395 (pp. 920).
Factores del modelado

     Como se ha dicho, la geodinámica externa es la responsable de esculpir el relieve de la superficie terrestre. Los agentes geológicos externos (atmósfera, viento, aguas, glaciares, etc.) son los que erosionan, desgastan y modelan las formas o masas rocosas iniciales levantadas por las fuerzas tectónicas del interior de la Tierra, y secuencialmente convierten en nuevas formas paisajísticas.

    Los factores que influyen en el modelado de la superficie terrestre son tres: factores litológicos, factores tectónicos, y factores erosivos. Los factores litológicos (relativo a las rocas), tienen que ver con las características de las formaciones o masas rocosas, es decir, capacidad de ser alteradas, permeabilidad, grado de dureza, etc. Los factores tectónicos (relativo a la estructura de las rocas), determinan la disposición relativa de los estratos, así como el tipo de estructuras dominantes. Por su parte, los factores erosivos se relacionan en gran parte con las condiciones del clima, aunque dependiendo de la región de que se trate, y por tanto del tipo de relieve, existen determinados agentes erosivos que son más determinantes.


     Los agentes atmosféricos actúan sobre la capa más externa de la corteza terrestre alterando o erosionando las rocas y minerales, y convirtiéndolos en diferentes fragmentos o residuos que pueden ser transportados y sedimentados.

    Este proceso se realiza de dos formas: mediante una acción física (mecánica o disgregación) y otra química (descomposición o alteración), aunque dependiendo del clima de cada región puede predominar una u otra; al conjunto de estas acciones se le denomina meteorización.

     Estas definiciones pueden variar dependiendo de los autores; en algunos casos se considera que la meteorización es el producto de la acción química, mientras que la acción física consiste sólo en la disgregación.


Los desiertos y alta montaña están especialmente expuestos a la actividad física, debido a las grandes diferencias de temperatura día/noche, que dilatan y contraen las rocas generando fisuras y fragmentación.

Procesos que inciden sobre las costas

Las olas son ondulaciones sobre la superficie de las aguas producidas por el viento. Se caracterizan por movimientos orbitales del agua que disminuyen rápidamente hacia el fondo, hasta que el movimiento es muy débil a una profundidad aproximada igual a la mitad de la longitud de la ola (l/2). La profundidad a la que la acción de las olas es inapreciable se denomina base de la ola. La altura de la ola (A) es la diferencia en elevación entre la cresta y el valle; es proporcional a la velocidad del viento. El periodo (P) es el tiempo que emplea una ola en recorrer distancias de más de 500 km, a velocidad de 80 km/hora. Estas olas al acercarse a la costa alcanzan mayor altura e inclinación hasta romper produciendo rompientes.



Se denomina refracción de las olas a la rotación de la cresta de la ola y al curvado de las trayectorias de las mismas debido al cambio de velocidad de los diferentes niveles de agua (que varía desde la superficie al fondo) por las rugosidades presentes en el lecho marino, fenómeno que se acentúa en aguas poco profundas. Cuando la velocidad del agua en la cresta excede a la velocidad de la ola, sobrepasando al resto de la misma, la ola rompe. La caída del agua en los rompientes produce el máximo efecto erosivo de la ola sobre el fondo del mar.

Agentes de erosión litoral

  •      Las olas: Los procesos que actúan en la destrucción de una costa acantilada son de carácter físico, químico y biológico. El oleaje actúa como agente físico en la destrucción del litoral, aunque lo hace de diferentes formas. Cada golpe de ola genera importante presión hidráulica y neumática (por los gases atrapados) dentro de los poros y grietas de las rocas; así se desprenden fragmentos previamente afectados por meteorización. Además la potencia de empuje de cada golpe de ola es enorme y ello se magnifica dentro de cavernas y otras oquedades mayores. Esto socava la base de los acantilados, desestabilizándolos y facilitando procesos de remoción en masa, como asentamientos de bloques. Además el reflujo de cada ola y las corrientes que ello genera (corrientes de deriva), se llevan el material rocoso desprendido de los acantilados y lo dejan susceptible de seguir recibiendo el efecto del oleaje. 




  • La meteorización química: Es el conjunto de los procesos de disolución, hidratación, oxidación, hidrólisis y carbonatación, todos ellos llevados a cabo por medio del agua, sea por sí misma o actuando como agente portador; o por los agentes gaseosos de la atmósfera como el oxígeno y el dióxido de carbono. Las rocas se disgregan más fácilmente gracias a este tipo de meteorización, ya que los granos de minerales pierden adherencia y se disuelven o desprenden mejor ante la acción de los agentes físicos. La descamación de las rocas clásticas es una consecuencia típica de la meteorización química, es decir, las formadas por fragmentos de otras rocas prexistentes, sufren una expansión superficial y se desintegran paulatinamente en forma de capas o bolas semiesféricas (desprendimiento de escamas).
  
  •        Las Corrientes: son corrientes dentro de la zona de rompiente que fluyen en paralelo a la línea de costa y mueven más sedimento que la deriva litoral. Las derivas se producen cuando las olas no llegan perpendicularmente a la orilla, en consecuencia los derrubios siguen una trayectoria en zigzag.


  •      Temperatura: Dependiendo de los coeficientes de dilatación y absorción de los minerales por la acción de los rayos del sol, se producen al calentarse unas diferencias de tensión en su estructura. Por ejemplo, los materiales oscuros absorben más calor que los claros y están expuestos a una mayor actividad física, especialmente en las regiones desérticas y de alta montaña, en donde las altas variaciones de temperatura día/noche imprimen a las rocas fuertes contracciones y dilataciones, que culminarán a la larga con la generación de fisuras y su fragmentación. Cuantas más pequeñas sean los fragmentos más fácilmente serán transportados por agentes como el viento.
  •        El viento: Eleva el nivel del agua del mar, transporta la arena de las playas y desarrolla dunas litorales.
  •       El hielo: Actúa sobre los acantilados de los mares de las regiones frías y templadas. El agua en estado líquido tiene influencia en la meteorización mecánica de las rocas, sin embargo transformada en hielo en su interior puede acortar en gran medida este proceso. En el periodo de unas pocas horas el hielo puede abrir fisuras en las rocas superficiales y exponerlas a una acción acelerada de otros agentes.
Cuando las rocas asoman a las capas más superficiales de la corteza terrestre, presentan unas grietas o fisuras (en bloques o placas) llamadas diaclasas, resultado de la acción expansiva que manifiestan al reducirse la compresión a que están sometidas en el interior de la corteza. Cuando el agua de lluvia o procedente de los deshielos penetra en el interior de estas grietas, queda sometida a otro efecto expansivo cuando la temperatura desciende por debajo de los 0 grados.

    Como se sabe, cuando se forma hielo el volumen inicial del agua aumenta hasta un 9%, esto ejerce presiones en el interior de la grieta que superan los 2.000 kilogramos por cada centímetro cuadrado. El resultado es la llamada gelivación o gelifracción, consistente en la descamación de la roca que tras la rotura culmina con la fragmentación; si la roca es muy porosa como para que el agua pueda empapar bien, entonces su disgregación puede llegar a tener consistencia granular.



  •       Actividad biológica: La actividad biológica también actúa en la disgregación mecánica de las rocas, aunque lo hace siempre en una segunda fase. Por ejemplo, cuando las rocas ya presentan fisuras éstas pueden ser colonizadas por las raíces de los árboles, que imprimen presión conforme crecen y aumentan de volumen. La presión ejercida por las raíces no es comparable a la del hielo (no es mayor de 15 kg. por centímetro cuadrado) pero puede ser suficiente para generar rotura y desprendimiento de rocas, las cuales quedarán después a merced de otros agentes. También los seres vivos; construyen arrecifes, amortiguan las olas, perforan y disgregan las rocas.
                

  •             La arroyada y el deslizamiento sub aéreo: Afectan a los acantilados y promontorios desnudos de vegetación y de gran pendiente.

Formas del medio litoral


         Acantilados: Las costas formadas por rocas de acusada pendiente conforman el perfil de los acantilados. En estas formaciones, el agua choca y penetra en las rocas previamente fisuradas o agrietadas, comprimiendo el aire que se encuentra en su interior. Cuando el agua se retira da lugar a una expansión del aire comprimido, que terminará produciendo roturas de las masas rocosas. El acantilado y la plataforma litoral son las formas erosivas más características en el medio litoral, como efecto añadido, la erosión o desgaste que la gravas, arenas, areniscas y fragmentos de otras rocas que las aguas llevan en suspensión, golpean contra el acantilado y producen socava duras.

  



Plataforma litoral o plataforma de abrasión: La plataforma litoral es consecuencia del derrumbe de las partes altas del acantilado, tras la erosión continuada de las partes bajas. La acción erosiva constante sobre la parte baja del acantilado, avanzará hasta un límite en el cual el peso de la parte alta y la falta de apoyo en la baja no podrá ser soportada, derrumbándose y formándose en su base una superficie más o menos plana denominada plataforma litoral, plataforma de abrasión o terraza, que generalmente puede observarse cuando baja la marea. La plataforma litoral y el acantilado, son precisamente las formas erosivas más características en el medio litoral. El efecto evidente de estas actividades erosivas es el retroceso del acantilado.


                Farallones: Cuando la erosión diferencial sobre la línea de costa es muy intensa, pueden llegar a formarse cuevas en las partes más blandas de un acantilado. Los arcos o puentes que forman estas cuevas horadadas en las paredes terminarán finalmente por desprenderse, dando lugar a los denominados farallones, chimeneas o skerries, que en ocasiones pueden superar el centenar de metros de altura. Estos promontorios o salientes quedan aislados y sujetos a una erosión progresiva, lo que terminará por reducirlos a simples arrecifes. 


      

        Arcos: Las rocas de cualquier tipo son una matriz compleja de partículas sólidas pequeñas e interconectadas, llamadas granos, los cuales son fragmentos microscópicos de cristales de varios minerales. Bajo condiciones de alta presión y temperatura las partículas más pequeñas se medio funden, formando un cemento que compacta las partículas más grandes.




           Cuevas: Una cueva o caverna es una cavidad natural del terreno causada por algún tipo de erosión de corrientes de agua, hielo o lava, o menos común, una combinación de varios de estos factores. En el más común de los casos, las cuevas se forman por la disolución de la roca caliza por parte del agua ligeramente ácida.







              
                  Relación entre ellos


Las cuevas arcos y farallones tienen una cierta relación pues dichas rocas se forman por la acción del agua sobre cada uno de ellos así como también se separan un poco de la roca firme haciendo su propia forma en arco, todos estos son un modelo importante en la naturaleza los cuales se forman al romperse sus partes más débiles primero y luego con el pasar el tiempo y la acción del agua se van deslizando sus partes más fuertes. 


Bibliografía

  •      Mateo Gutierrez, M. (2008). Geomorfología (2a.ed.) España: Prenticel-Hall 
  •      Lic. Claudia Verónica Gómez – Mg. Jorge Alfredo ALBERTO - Ing. Guillermo Antonio ARCE. MORFOLOGÍA LITORAL: AGENTES, PROCESOS Y FORMAS RESULTANTES. Resúmenes. Revista Geográfica Digital. IGUNNE. Facultad de Humanidades. UNNE. Año 11. Nº 21. Enero -Junio 2014. Resistencia, Chaco. En: http://hum.unne.edu.ar/revistas/geoweb/default.htm.
Autores

López Wendy.
Salcedo Yhosleidy.
Useche Jerameel.













No hay comentarios:

Publicar un comentario