Introducción
La geomorfología litoral
El presente
trabajo les permitirá conocer cuál ha sido la evolución geomorfológica de los
paisajes naturales como lo son los acantilados, plataformas de abrasión, cuevas,
arcos y farallones o agujas. Así, como la influencia del enclave y el área extensa
que proviene de su ubicación en una
frontera activa, tanto en el espacio como en el tiempo, una zona de transición
entre diferentes modelos de procesos formadores de relieve.
La
zona costera o litoral, es la zona que se extiende entre el nivel de marea más
bajo y la mayor elevación de la tierra afectada por las olas resultantes de un
temporal o tormenta (definición desde la Geomorfología). La costa se extiende
tierra adentro desde el litoral hasta donde haya formas de relieve submarino
relacionadas con el océano. Es decir, la costa incluye tanto la zona de tierra
emergida como la zona de aguas poco profundas en las que las olas realizan su
actividad, así como las playas y acantilados costeros modelados por las olas, y
las dunas costeras. La línea de costa es la línea de contacto entre el agua y
la tierra emergida, cuya posición varía en el tiempo geológico, con las
transgresiones y regresiones marinas (periodos glaciares e interglaciares).
“Según Bird (2000), la Geomorfología Litoral se preocupa de la evolución de los modelados litorales (acantilados, franjas litorales rocosas, playas, dunas, estuarios, lagoons y deltas), de los procesos que inciden sobre los mismos y de los cambios que tienen lugar. El litoral presenta continuos cambios, algunos catastróficos, y otros imperceptibles. Estas modificaciones se pueden producir en décadas o siglos, pero también en cuestión de horas o minutos.” GUTIÉRREZ ELORZA, M (2008). “Geomorfología”. Pearson Educación S.A., Madrid. p. 395 (pp. 920).
Factores del
modelado
Como se ha
dicho, la geodinámica externa es la responsable de esculpir el relieve de la
superficie terrestre. Los agentes geológicos externos (atmósfera, viento,
aguas, glaciares, etc.) son los que erosionan, desgastan y modelan las formas o
masas rocosas iniciales levantadas por las fuerzas tectónicas del interior de
la Tierra, y secuencialmente convierten en nuevas formas paisajísticas.
Los factores
que influyen en el modelado de la superficie terrestre son tres: factores
litológicos, factores tectónicos, y factores erosivos. Los factores litológicos
(relativo a las rocas), tienen que ver con las características de las
formaciones o masas rocosas, es decir, capacidad de ser alteradas,
permeabilidad, grado de dureza, etc. Los factores tectónicos (relativo a la
estructura de las rocas), determinan la disposición relativa de los estratos,
así como el tipo de estructuras dominantes. Por su parte, los factores erosivos
se relacionan en gran parte con las condiciones del clima, aunque dependiendo de
la región de que se trate, y por tanto del tipo de relieve, existen
determinados agentes erosivos que son más determinantes.

Los agentes
atmosféricos actúan sobre la capa más externa de la corteza terrestre alterando
o erosionando las rocas y minerales, y convirtiéndolos en diferentes fragmentos
o residuos que pueden ser transportados y sedimentados.
Este proceso
se realiza de dos formas: mediante una acción física (mecánica o disgregación)
y otra química (descomposición o alteración), aunque dependiendo del clima de
cada región puede predominar una u otra; al conjunto de estas acciones se le
denomina meteorización.
Estas
definiciones pueden variar dependiendo de los autores; en algunos casos se
considera que la meteorización es el producto de la acción química, mientras
que la acción física consiste sólo en la disgregación.

Los desiertos
y alta montaña están especialmente expuestos a la actividad física, debido a
las grandes diferencias de temperatura día/noche, que dilatan y contraen las
rocas generando fisuras y fragmentación.
Procesos que inciden
sobre las costas
Las
olas son ondulaciones sobre la superficie de las aguas producidas por el
viento. Se caracterizan por movimientos orbitales del agua que disminuyen
rápidamente hacia el fondo, hasta que el movimiento es muy débil a una
profundidad aproximada igual a la mitad de la longitud de la ola (l/2). La profundidad a la que la acción de
las olas es inapreciable se denomina base de la ola. La altura de la ola (A) es
la diferencia en elevación entre la cresta y el valle; es proporcional a la
velocidad del viento. El periodo (P) es el tiempo que emplea una ola en
recorrer distancias de más de 500 km, a velocidad de 80 km/hora. Estas olas al
acercarse a la costa alcanzan mayor altura e inclinación hasta romper
produciendo rompientes.
Se
denomina refracción de las olas a la rotación de la cresta de la ola y al
curvado de las trayectorias de las mismas debido al cambio de velocidad de los
diferentes niveles de agua (que varía desde la superficie al fondo) por las
rugosidades presentes en el lecho marino, fenómeno que se acentúa en aguas poco
profundas. Cuando la
velocidad del agua en la cresta excede a la velocidad de la ola, sobrepasando
al resto de la misma, la ola rompe. La caída del agua en los rompientes produce
el máximo efecto erosivo de la ola sobre el fondo del mar.
Agentes de erosión
litoral
- Las olas: Los procesos que actúan en la destrucción de una costa acantilada son de carácter físico, químico y biológico. El oleaje actúa como agente físico en la destrucción del litoral, aunque lo hace de diferentes formas. Cada golpe de ola genera importante presión hidráulica y neumática (por los gases atrapados) dentro de los poros y grietas de las rocas; así se desprenden fragmentos previamente afectados por meteorización. Además la potencia de empuje de cada golpe de ola es enorme y ello se magnifica dentro de cavernas y otras oquedades mayores. Esto socava la base de los acantilados, desestabilizándolos y facilitando procesos de remoción en masa, como asentamientos de bloques. Además el reflujo de cada ola y las corrientes que ello genera (corrientes de deriva), se llevan el material rocoso desprendido de los acantilados y lo dejan susceptible de seguir recibiendo el efecto del oleaje.
- La meteorización química: Es el conjunto de los procesos de disolución, hidratación, oxidación, hidrólisis y carbonatación, todos ellos llevados a cabo por medio del agua, sea por sí misma o actuando como agente portador; o por los agentes gaseosos de la atmósfera como el oxígeno y el dióxido de carbono. Las rocas se disgregan más fácilmente gracias a este tipo de meteorización, ya que los granos de minerales pierden adherencia y se disuelven o desprenden mejor ante la acción de los agentes físicos. La descamación de las rocas clásticas es una consecuencia típica de la meteorización química, es decir, las formadas por fragmentos de otras rocas prexistentes, sufren una expansión superficial y se desintegran paulatinamente en forma de capas o bolas semiesféricas (desprendimiento de escamas).

- Las Corrientes: son corrientes dentro de la zona de rompiente que fluyen en paralelo a la línea de costa y mueven más sedimento que la deriva litoral. Las derivas se producen cuando las olas no llegan perpendicularmente a la orilla, en consecuencia los derrubios siguen una trayectoria en zigzag.
- Temperatura: Dependiendo de los coeficientes de dilatación y absorción de los minerales por la acción de los rayos del sol, se producen al calentarse unas diferencias de tensión en su estructura. Por ejemplo, los materiales oscuros absorben más calor que los claros y están expuestos a una mayor actividad física, especialmente en las regiones desérticas y de alta montaña, en donde las altas variaciones de temperatura día/noche imprimen a las rocas fuertes contracciones y dilataciones, que culminarán a la larga con la generación de fisuras y su fragmentación. Cuantas más pequeñas sean los fragmentos más fácilmente serán transportados por agentes como el viento.
- El viento: Eleva el nivel del agua del mar, transporta la arena de las playas y desarrolla dunas litorales.


- El hielo: Actúa sobre los acantilados de los mares de las regiones frías y templadas. El agua en estado líquido tiene influencia en la meteorización mecánica de las rocas, sin embargo transformada en hielo en su interior puede acortar en gran medida este proceso. En el periodo de unas pocas horas el hielo puede abrir fisuras en las rocas superficiales y exponerlas a una acción acelerada de otros agentes.
Como se sabe, cuando se forma hielo el volumen inicial del agua aumenta hasta un 9%, esto ejerce
presiones en el interior de la grieta que superan los 2.000 kilogramos por cada centímetro
cuadrado. El resultado es la llamada gelivación o gelifracción, consistente en la descamación de la
roca que tras la rotura culmina con la fragmentación; si la roca es muy porosa como para que el
agua pueda empapar bien, entonces su disgregación puede llegar a tener consistencia granular.
- Actividad biológica: La actividad biológica también actúa en la disgregación mecánica de las rocas, aunque lo hace siempre en una segunda fase. Por ejemplo, cuando las rocas ya presentan fisuras éstas pueden ser colonizadas por las raíces de los árboles, que imprimen presión conforme crecen y aumentan de volumen. La presión ejercida por las raíces no es comparable a la del hielo (no es mayor de 15 kg. por centímetro cuadrado) pero puede ser suficiente para generar rotura y desprendimiento de rocas, las cuales quedarán después a merced de otros agentes. También los seres vivos; construyen arrecifes, amortiguan las olas, perforan y disgregan las rocas.


- La arroyada y el deslizamiento sub aéreo: Afectan a los acantilados y promontorios desnudos de vegetación y de gran pendiente.
Formas
del medio litoral
Acantilados: Las costas
formadas por rocas de acusada pendiente conforman el perfil de los acantilados.
En estas formaciones, el agua choca y penetra en las rocas previamente
fisuradas o agrietadas, comprimiendo el aire que se encuentra en su interior.
Cuando el agua se retira da lugar a una expansión del aire comprimido, que
terminará produciendo roturas de las masas rocosas. El acantilado y la
plataforma litoral son las formas erosivas más características en el medio
litoral, como efecto añadido, la erosión o desgaste que la gravas, arenas, areniscas
y fragmentos de otras rocas que las aguas llevan en suspensión, golpean contra
el acantilado y producen socava duras.


Plataforma
litoral o plataforma de abrasión: La plataforma litoral es consecuencia del
derrumbe de las partes altas del acantilado, tras la erosión continuada de las
partes bajas. La acción erosiva constante sobre la parte baja del acantilado,
avanzará hasta un límite en el cual el peso de la parte alta y la falta de
apoyo en la baja no podrá ser soportada, derrumbándose y formándose en su base
una superficie más o menos plana denominada plataforma litoral, plataforma de abrasión
o terraza, que generalmente puede observarse cuando baja la marea. La
plataforma litoral y el acantilado, son precisamente las formas erosivas más
características en el medio litoral. El efecto evidente de estas actividades
erosivas es el retroceso del acantilado.


Farallones:
Cuando la erosión
diferencial sobre la línea de costa es muy intensa, pueden llegar a formarse
cuevas en las partes más blandas de un acantilado. Los arcos o puentes que
forman estas cuevas horadadas en las paredes terminarán finalmente por
desprenderse, dando lugar a los denominados farallones, chimeneas o skerries,
que en ocasiones pueden superar el centenar de metros de altura. Estos
promontorios o salientes quedan aislados y sujetos a una erosión progresiva, lo
que terminará por reducirlos a simples arrecifes.
Arcos: Las rocas de cualquier tipo son una matriz compleja de partículas sólidas pequeñas e interconectadas, llamadas granos, los cuales son fragmentos microscópicos de cristales de varios minerales. Bajo condiciones de alta presión y temperatura las partículas más pequeñas se medio funden, formando un cemento que compacta las partículas más grandes.


Cuevas: Una cueva o caverna es una cavidad natural del terreno causada por algún tipo de erosión de corrientes de agua, hielo o lava, o menos común, una combinación de varios de estos factores. En el más común de los casos, las cuevas se forman por la disolución de la roca caliza por parte del agua ligeramente ácida.
Relación entre ellos
Las cuevas arcos y farallones tienen una cierta relación pues dichas rocas se forman por la acción del agua sobre cada uno de ellos así como también se separan un poco de la roca firme haciendo su propia forma en arco, todos estos son un modelo importante en la naturaleza los cuales se forman al romperse sus partes más débiles primero y luego con el pasar el tiempo y la acción del agua se van deslizando sus partes más fuertes.
Bibliografía
- Mateo Gutierrez, M. (2008). Geomorfología (2a.ed.) España: Prenticel-Hall
- Lic. Claudia Verónica Gómez – Mg. Jorge Alfredo ALBERTO - Ing. Guillermo Antonio ARCE. MORFOLOGÍA LITORAL: AGENTES, PROCESOS Y FORMAS RESULTANTES. Resúmenes. Revista Geográfica Digital. IGUNNE. Facultad de Humanidades. UNNE. Año 11. Nº 21. Enero -Junio 2014. Resistencia, Chaco. En: http://hum.unne.edu.ar/revistas/geoweb/default.htm.
Autores
López Wendy.
Salcedo Yhosleidy.
Useche Jerameel.
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